Mitos y Verdades del cuidado de la piel - Parte 2

Mitos y Verdades del cuidado de la piel - Parte 2

Mito: El acné es de pieles adolescentes.

FALSO: El acné puede afectar a personas de todas las edades debido a diversos factores, no solo a los adolescentes: hormonales, genéticos o ambientales.

La piel va cambiando como órgano vivo que es y lo que antes usabas, tal vez ya no sea lo más adecuado. Es importante que empieces a conocer tu piel para poder cuidar de ella mejor.

¿No sabes qué elegir? Consulta online, te ayudaremos a encontrar tu rutina ideal para la etapa actual de tu piel.

 

Mito: La condición de la piel es mayormente genética.

FALSO: Aunque la genética puede desempeñar un papel, el cuidado de la piel contribuye significativamente a mantener una apariencia saludable.

Los hábitos de cuidado de la piel y el estilo de vida desempeñan un papel crucial en la salud cutánea.

Todos podemos aspirar a una linda piel sana en forma natural: comprométete con una rutina adecuada que puedas cumplir con regularidad y en pocos días notarás los primeros resultados. ¡Querer es poder!

 

Mito: La edad ideal para empezar a cuidar la piel es la niñez.

VERDADERO: Iniciar hábitos de cuidado desde joven sienta las bases para una piel saludable en el futuro.

La prevención es clave; empezar a cuidar la piel desde la niñez contribuye a un envejecimiento más saludable. Mientras antes se tome el hábito de aplicar protección solar al salir al exterior en toda época y a hidratar la piel adecuadamente, mejor será la calidad de la piel a distintas etapas de la edad.

 

Mito: Soy adulto mayor, ya no tiene caso cuidarse la piel a esta edad.

FALSO: El cuidado de la piel es beneficioso en cualquier etapa de la vida; nunca es tarde para empezar.

Sincerando las expectativas, probablemente ningún tratamiento cosmético doméstico logre que te veas de 30 si tienes 70, pero efectivamente una rutina comprometida de productos de buena calidad apropiados para tu piel pueden mejorar la salud cutánea y la calidad de vida, reparando el daño y previniendo el futuro deterioro de la piel y mientras antes partas en la vida cuidando de la piel de acuerdo a sus necesidades, mejor piel tendrás en el futuro. 

En la edad madura, puedes obtener beneficios visibles como mayor hidratación y comodidad en la piel hasta la mejora de la textura, que a medida que avanza la edad la piel se vuelve cada vez más fina, sensible y rugosa.

Por último, no hay edad para el amor propio y el auto cuidado, así que tengas la edad que tengas, no dejes de consentirte.

 

Mito: Las cremas de ojos no son necesarias.

FALSO: Si bien una corriente de dermatólogos refieren que -en rigor- las cremas de ojos son mayormente inútiles y bien pueden reemplazarse por el hidratante del resto de la cara de forma habitual, es cierto que la piel de los párpados es especialmente sensible a la irritación por manipulación (aplicación y retiro de maquillaje, entre otros) y que sufre más pliegues con la expresión que cualquier otra parte del cuerpo, seguida por la piel de los labios.

Rica en vasos sanguíneos, la delicada piel de los párpados es la que más sufre con un manejo diario brusco y la que más rápido se afecta con la falta de sueño, tabaquismo, estrés oxidativo y pobre alimentación, que causan ojeras, inflamación y bolsas de difícil recuperación.

Puedes aplicar en los párpados el mismo hidratante de buena calidad, de fórmula suave y no irritante para hidratar; pero si lo que deseas es dar un apoyo extra a las necesidades particulares de esta piel delicada, entonces una crema especial para la zona, altamente concentrada en activos de bajo peso molecular para penetración profunda, con ingredientes que activen la microcirculación sanguínea, nutran, hidraten y desinflamen el área ciertamente será un favor que tu mirada agradecerá.

 

Mito: Los cosméticos durante el embarazo están todos permitidos.

PARCIALMENTE VERDADERO: Muchos cosméticos son seguros durante el embarazo, pero es crucial revisar los ingredientes y consultar siempre con un profesional de la salud.

Debes evitar en especial: derivados del petróleo, parabenos, siliconas, tolueno, triclosan, derivados del aluminio y aceites esenciales puros de plantas medicinales. Consulta con tu ginecólogo y pediatra en caso de dudas con productos que contengan altas concentraciones de oxibenzonas, BHA y BHT los que podrían eventualmente incidir en algunos procesos hormonales.

Si mirar etiquetas te da pereza pero quieres irte a la segura, prefiere productos menos procesados y/o veganos y/o que en sus etiquetas indiquen su calidad dermocosmética; y/o que son aptos para usar en bebés pieles delicadas y que estén debidamente registrados en el Instituto de Salud.


Mito: Si un producto dice que es Vegano, es 100% vegetal.

FALSO: Si un producto es vegano significa que el producto no tiene ingredientes de origen animal y que tiene 90% o más de ingredientes de fuente natural vegetal; en la duda, consulta el etiquetado o consulta al fabricante y sigue las instrucciones de uso externo.

 

Mito: Todos los productos coreanos son similares y de equivalente calidad.

FALSO.  Si bien la cosmética coreana tiene una fama bien merecida, al igual que en todo orden de cosas, la generalización puede ser imprecisa. Al igual que en cualquier otro mercado, en Corea hay productos más básicos de precios más masivos y productos más sofisticados con activos más especializados y experiencias de uso superiores; de ese modo, en su respectivo público objetivo, muchas pueden ser realmente muy buenas en satisfacer las expectativas de sus consumidores objetivo.

¿Cómo distinguir si un producto es relativamente mejor que otro? Hay muchos criterios, desde la declaración de sustentabilidad  e inocuidad para la salud de sus fórmulas y empaques; tolerancia dérmica en pieles sensibles; cantidad y concentraciones de ingredientes activos; ausencia de derivados del petróleo como aceites minerales y otros; ausencia de residuos sólidos sobre la piel tras la aplicación; experiencia táctil y sensorial de aplicación en general, patentes de  innovación y certificaciones y resultados comprometidos de su aplicación, entre otros, pueden ser buenos indicadores a considerar.

 

 

 

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